Pareciera que vivimos en mundos separados, ustedes con su vida y yo por cualquier lado.
No puedo creer hasta donde hemos llegado, estamos tan cerca, pero me siento tan lejos de sus manos.
No quiero esto para mí, pero ¿qué puedo hacer después de todo lo que ya viví?
Estoy aquí, mírenme, ¿no me escuchan gritar? Mi voz se desgasta cuando lo quiero intentar.
La línea que nos separa se agranda cada día más, somos casi extraños compartiendo el mismo lugar. Quiero decirles tantas cosas que no sé por donde empezar, sólo necesito que me escuchen, no quiero más frases al azar.
No puedo olvidarme de lo que somos, pero todo parece tan irreal. Aunque escriba todo lo que siento nunca será suficiente para borrar y olvidar.
Todo parece ser una gran pérdida de tiempo si miramos hacia atrás, todo ha sido en vano desde que llegamos y no supimos cómo actuar.
Cuando abro mis ojos y no los encuentro, cuando necesito sus manos y no las tengo, cuando necesito sus consejos y los escucho desde lejos. Es cuando me pregunto ¿qué hemos hecho mal?
¿Qué hemos hecho para mirarnos a los ojos y no reconocernos?, ¿qué estamos esperando para contar nuestros secretos?
No puedo seguir si no los tengo, no puedo vivir sin saber que estamos unidos.
Esto es lo mejor que puedo hacer, pero ante sus ojos es el mundo desconocido de su hija que busca formas para no desvanecer.
Pero aunque escriba todo lo que siento nunca será suficiente para borrar y olvidar.
Toma tiempo descubrir lo que hay bajo mi piel, me hace daño y a su vez me hace crecer.
Me bloqueo cuando trato de pensar y me desespero cuando trato de descifrar lo que no puedo concluir.
Me siento ardiendo en llamas cuando te acercas con esa sonrisa que no quiero ver, no sé que sucede contigo ni menos conmigo, pero esto ya no puede ser.
Nunca te haría daño, pero inconcientemente me lo haces a mí, y mi piel se agrieta cuando te ve venir.
Las marcas que has causado no son para admirar, cada día que pasa las trato de ocultar. Resulta tan difícil no poder decir la verdad.
Las palabras hablan y las voces callan, es así de contradictorio cuando estoy frente a ti.
Me cuesta correr cuando tropiezo una y otra vez. Estas en medio del camino y no puedo ver; eres la piedra que me hace caer. Los rasguños de mi piel son poco visibles, pero su profundidad no.
Tienes la habilidad de hacerme enloquecer, querer escapar y no volver, sin embargo estoy aquí tratado de sobrevivir con lo que no puedes ver, ni tampoco sentir. No sé que sucede contigo ni menos conmigo, pero esto ya no puede ser.
Toma tiempo descubrir lo que hay bajo mi piel, me hace daño y a su vez me hace crecer.
Relativo como el tiempo e indeciso como el sol. Nadie puede entenderlo, ni siquiera yo.
No existen manuales ni modelos a seguir, sólo está mi intuición y eso ya es mucho decir.
A veces trato de no pensar lo que está de más, pero es imposible si mi cabeza no deja de girar.
Mis pies resbalan al caminar, mis ojos no saben a dónde mirar y mi voz se desvanece cuando no puedo gritar.
Cuando te alejas eres en lo único que puedo pensar, sin embargo cuando que quedas sólo quiero un poco de libertad. ¿Cómo se supone que esto va a terminar? Cuando ni siquiera sé ¿cómo podría volver a empezar?.
El tiempo es cruel. Necesito y no quiero necesitar. Me estoy desmoronando, sólo di mi nombre y mentiré mientras lo digas, para que no se note lo que no puedo decir.
¿Puedes decirme qué es el amor? Sea lo que sea, mi corazón necesita cercanía, esa que algunas veces tú me puedes dar.
