Posted at miércoles, 29 de abril de 2009
Sus ojos brillan y no es de felicidad, sus manos tiemblan y no es
por la humedad. Su piel se hidrata con el rocío que ella misma le da.
Hoy es uno de esos días donde las posibilidades desaparecen y
las palabras no se dejan escuchar. Buscas excusas para sentirte mejor,
pero sólo consigues oír la melodía más triste que te haga llorar. Es irónico
cómo la vida te hace desear lo que quieres evitar. Llorarás por cosas feas y
cosas bellas, por errores y sueños escondidos o nunca entregados.
Tus sentidos están a flor de piel y no sabes cómo controlar tal emoción.
Escapar dejó de ser una prioridad, pero si una posibilidad. ¿Qué será lo
más sensato para alguien que perdió la fe? ¿Puedes acercarte y decirle lo
que debe hacer? La falta de un viaje es miedo y coraje que te hace retroceder.
Mis ojos brillan y no es de felicidad, mis manos tiemblan y no es por
la humedad. Mi piel se hidrata con el rocío de yo misma le doy.
Escrito por Paula Cebrero
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